5.3 Analfabetos digitales

5.3 Analfabetos digitales

Capítulo publicado el 22/6/2022 por Enric Caumons Gou (@caumons)
  • 6 min de lectura

Si bien es cierto que a lo largo de la historia de la humanidad ha habido grandes hitos como la invención de la rueda, el papel o la imprenta, que han contribuido enormemente a nuestra evolución, jamás se había progresado de una forma tan exponencial como desde la aparición de la informática. La invención de los ordenadores ha sido una auténtica revolución en todos los aspectos de nuestra vida diaria, haciendo que hoy en día seamos capaces de hacer cosas que antes eran pura ficción. Internet ha sido sin duda una de las grandes maravillas que ha conseguido la humanidad, pudiendo conectar todo el mundo de forma instantánea y con ello brindándonos posibilidades infinitas.

No obstante, estos cambios tan rápidos acarrean problemas a toda la gente que no puede seguirlos o no quiere adaptarse a ellos. Mucha gente de mi edad les enseña a sus padres y abuelos cómo hacer tareas básicas con los ordenadores, smartphones y tablets porque no tienen ni idea de cómo funcionan. En muchos casos, no saben ni cómo cogerlos y, en consecuencia, tocan botones y la pantalla sin querer, abren aplicaciones, realizan acciones sin ser conscientes de ello y luego no lo quieren reconocer.

Supuestamente, los que somos más jóvenes estamos más acostumbrados a la tecnología y nos resulta más fácil, pero, ojo, porque esto no siempre es así. Me he encontrado con varios casos de gente joven que me dice literalmente que no tiene ni idea de cómo funcionan los ordenadores ni los móviles, y que les ponen nerviosos porque no los entienden. Como ya he explicado anteriormente, incluso uno me confesó que se había comprado un portátil de unos 2.000 € solo para ver películas y navegar por Internet porque «el sistema que lleva es más fácil de usar y no hay virus».

Cuando mis abuelos eran pequeños, no tenían electrodomésticos en casa y circulaban pocos coches de motor por la carretera, ya que solo los más ricos se los podían permitir. En esa época la formación académica no era ni de lejos como la actual. Ellos literalmente alucinan cuando ven lo que hay hoy en día y es realmente complejo responderles cuando te dicen: «¿Qué es esto de Internet? Hoy en día todo lo hacéis por Internet». Ahora yo pregunto: ¿cómo le explicas a personas mayores de noventa años qué es Internet si no han usado un ordenador en su vida?

Se supone que no habrá un salto generacional tan grande entre las generaciones actuales y las futuras porque hoy en día los niños son nativos digitales. Esto significa que ya usan móviles, tabletas y ordenadores desde bien pequeñitos, con lo cual, pueden saber «qué es esto de Internet» incluso antes de ir a la escuela. Y, por suerte, su formación no se limita a poco más que enseñarles a leer, escribir y aritmética básica. En la época de mis abuelos había mucha gente analfabeta que no sabía leer ni escribir. Hoy en día esto no suele ocurrir, pero sí existe el problema del analfabetismo digital. Es decir, personas que desconocen las nuevas tecnologías y, por lo tanto, no pueden usarlas de forma autónoma.

Por ejemplo, recientemente una persona me pidió ayuda porque le aparecía una ventana en la pantalla de su smartphone con un mensaje que no entendía. Así pues, le pedí que me enviara una captura de pantalla para poder ver de qué se trataba, pero, en vez de eso, me envió la foto de un dibujo hecho a mano de lo que aparecía en la pantalla de su teléfono. Cuando recibí la fotografía, pude ver que el mensaje era acerca de una actualización del sistema pendiente de instalar y que se recomendaba descargarla mediante wifi. La segunda parte de esta historia consistió en explicarle cómo conectarse a la red wifi de su casa y te aseguro que fue toda una odisea. En momentos como este, me doy cuenta de que en muchos casos no existe una brecha digital, sino más bien un abismo digital y, desgraciadamente, se trata de un problema muy serio.

Estos son algunos de los motivos por los que me encanta la simplicidad en todo, el minimalismo para que las cosas sean usables por cuanta más gente mejor. Si creamos sistemas rígidos y complejos, serán una barrera de entrada para una parte mayor de la población que si son ágiles e intuitivos. Nunca debemos perder de vista que no todos tenemos la misma formación, capacidades ni intereses. Alguien puede ser un auténtico negado para los temas de informática y ser un auténtico genio en el resto de ámbitos de la vida, por lo tanto, pongámoselo fácil porque la complejidad es enemiga de la acción. El principio que apuesta por la simplicidad se llama «Keep It Simple, Stupid (KISS)» y básicamente dice que la simplicidad debe ser un objetivo claro del diseño.

Continuaré con algunos ejemplos muy gráficos del problema del analfabetismo digital.

Y ahora, ¿qué hago con esto?

Hace unos años, a una persona le recomendaron que comprara un programa informático de contabilidad para poder gestionar las cuentas de la empresa de forma más fácil, así que fue a una tienda de informática y pidió un programa de contabilidad. Entonces, le entregaron una caja que contenía un CD con el programa. Hasta aquí todo puede parecer normal, hasta que el cliente le dijo al vendedor, mostrándole el CD con cara de asombro: «Y ahora, ¿qué hago con esto?».

Puede parecer un chiste malo, pero por desgracia no lo es. Cuando te lo cuentan incluso te puede hacer gracia al principio, pero si nos paramos a pensar, esto es solo el reflejo de una sociedad donde hay una brecha muy grande. Hay mucha gente que vive estancada porque se ha quedado atrás a nivel tecnológico y vive anclada en el pasado.

No me funciona el móvil

Por defecto, un informático tiene que saberlo todo acerca de los móviles y tabletas (de ordenadores ya no hablo porque se da por sentado) y evidentemente tiene que saber arreglar todo tipo de problemas, tanto de software como de hardware. Ojo, esto no lo digo yo, es lo que mucha gente piensa cuando se dirigen a ti con la excusa de que «eres informático» y les tienes que liberar espacio del móvil porque «está lleno» o les tienes que cambiar la pantalla rota porque «en la tienda les cobran».

Hay tres tipos de personas: los que te piden ayuda de buena fe por ignorancia y se piensan que te pasas el día arreglando móviles en la oficina; los que saben que tu trabajo no consiste en eso, pero te piden ayuda porque «tienes más experiencia trabajando con máquinas», y los que realmente son unos caraduras. De los caraduras paso, a los otros los intento ayudar dentro de lo posible y les explico que en informática hay muchos ámbitos y que realmente el trabajo del informático no consiste en «arreglar móviles». ¡Algunos hasta se sorprenden!

Cómo borrar los vídeos de YouTube

Una vez, me encontré en una situación realmente sorprendente con una de las muchas personas que me han dicho que tenían el móvil lleno y les iba muy lento. Efectivamente, el móvil estaba tan lleno de archivos que no podía ni instalar actualizaciones de las aplicaciones. Le eliminé archivos que no quería y cuando terminé me dijo: «Aquí en la aplicación de YouTube aparecen muchos vídeos, por favor, bórralos porque no los miro y ocupan mucho espacio». En el momento en el que me dijo esto no me lo podía creer, primero pensé que me estaba tomando el pelo, pero luego vi en su rostro que no había indicios de maldad. Le dije que no se podían borrar los vídeos porque no estaban en su móvil, sino que los veía directamente desde Internet (streaming). Entonces, me volvió a preguntar: «O sea, ¿que no se pueden borrar?». Y le contesté que para eliminarlos se tendría que conseguir hackear los servidores de YouTube y borrar los vídeos, lo cual es un delito. Su cara cambió por completo y me dijo: «Entonces, no los borres».

Ni la lavadora

Como ya he dicho, la informática está presente en todos los ámbitos de la vida, desde la lavadora hasta el coche. No hace mucho, las lavadoras eran rudimentarias, pero hoy en día tienen tantos botones y pantallas táctiles que parecen naves espaciales. Y, como ya tienen botones y pantallas, entonces ya son «ordenadores» y, como eres informático, por extensión la sabes arreglar si se estropea. Pues no, así, de buenas a primeras, no sé arreglar una lavadora. Lo que pasa es que por el tipo de trabajo al que estoy acostumbrado, que consiste en encontrar soluciones a los problemas, quizás tendría más visión para solucionarlo que otra persona que no esté acostumbrada a ello. Pero esto es más por la mentalidad técnica y resolutiva que por el mero hecho de ser informático.

Por esta regla de tres, dentro de cuatro días también tendremos que arreglar coches porque tienen pantallas y botones. Aunque, ahora que lo pienso…, sí es cierto que algunas personas que tienen coches modernos me han preguntado cómo funcionan cosas de su propio vehículo, e incluso me han pedido que les solucionara algún problema. Lo malo es que, te pones a navegar por los menús, encuentras lo que te han pedido, lo haces y te dicen: «Lo has arreglado porque eres informático». No, no lo he arreglado por ser informático, lo he arreglado por aplicar la lógica y prestar atención. Si lo hubiese arreglado por ser informático, muy probablemente hubiese tenido que escribir unos cuantos comandos en una terminal. Pero, en su lugar, simplemente he tenido que usar una interfaz gráfica, navegar por algunos menús y seleccionar las opciones correspondientes.

Así que, una vez más, insisto en la falta de formación en nuevas tecnologías y creo que hay que invertir mucho más en este sentido. Tal y como dijo Will Durant: «La educación es el descubrimiento de nuestra propia ignorancia».

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