5.4 Perfiles de alto riesgo y manzanas podridas (I)

5.4 Perfiles de alto riesgo y manzanas podridas (I)

Capítulo publicado el 29/6/2022 por Enric Caumons Gou (@caumons)
  • 6 min de lectura

En este capítulo voy a hablar de perfiles de personas que pueden causar problemas dentro de un equipo. En algunos casos esto es remediable y temporal, pero en otros no. No obstante, antes que nada me gustaría hacer hincapié en la Ley de Brooks, explicada en el libro El Mítico Hombre-Mes escrito por Frederick Brooks. Esta ley básicamente dice que asignar más programadores a un proyecto atrasado solo lo atrasará más, debido al tiempo requerido por los nuevos programadores para aprender acerca del proyecto, y al aumento de tiempo dedicado a la comunicación entre personas. Además, hay que tener en cuenta que existen tareas con una duración determinada y esta es independiente del número de recursos humanos asignados a su desarrollo. Un ejemplo típico es el del embarazo, ya que, como sabemos, este dura nueve meses independientemente del número de mujeres asignadas.

Dicho todo esto, hay que ir con mucho ojo de a quién vas a incorporar en el equipo o con quién vas a tener que trabajar. Seguidamente, encontrarás una categorización de «perfiles de alto riesgo».

Gente sin formación

Este es el mejor de los casos porque una persona sin formación, pero que esté motivada para aprender y que realmente sea capaz de hacerlo (ojo, porque tal y como se dice vulgarmente, no hay nada peor que un tonto motivado), puede empezar a ser productiva a corto o medio plazo. Está claro que nadie nace enseñado, no podemos saber de todo y se supone que nos preocupamos por formarnos constantemente y ser mejores personas y profesionales. Además, cada uno necesita un tiempo de aprendizaje diferente e incluso tiene sus propios medios para adquirir nuevos conocimientos. Siempre digo que la práctica hace al maestro, es decir, no es suficiente con asistir a cursos, leer libros y mirar vídeos, sino que hay que aplicar los conocimientos y enfrentarse a los problemas reales que no aparecen en los manuales. Asimismo, hay que tener presente que el método del ensayo y error formará parte de cualquier proceso de aprendizaje. No podemos pretender que las cosas salgan siempre bien a la primera, ya que esto solo conllevaría más frustración.

Hay empresas que hacen convenios de prácticas con escuelas de formación profesional y universidades para que los estudiantes puedan realizar prácticas trabajando con ellos como becarios. De esta forma, los estudiantes reciben formación y adquieren experiencia gracias a una primera toma de contacto con el mundo laboral, a la vez que las empresas tienen una cantera de profesionales, de forma similar a lo que ocurre con los equipos de fútbol. Obviamente, no hay que confundir los contratos de prácticas con tener mano de obra de bajo coste y una alta rotación de personal.

Es evidente que, si te dan un superdeportivo de quinientos caballos de potencia cuando te acabas de sacar el carné de conducir, te puedes matar y es que la potencia sin control no sirve de nada. Pues lo mismo sucede aquí. No se debería poner a alguien con poca experiencia al frente de proyectos complejos, que conlleven una gran responsabilidad o que necesiten respuesta inmediata ante cualquier incidencia.

Un posible plan de formación es enseñarle el stack de tecnologías con las que trabaja la empresa, luego, incluso hacer algún pequeño proyecto de prueba para coger soltura y poco a poco empezar a implementar funcionalidades sencillas dentro de proyectos reales, por ejemplo, pequeñas utilidades o hasta algunos test. De esta forma, se puede ir incrementando poco a poco la dificultad y la responsabilidad en los desarrollos. También puede ser una buena opción asignar tareas de investigación de nuevas tecnologías a gente junior para que preparen pequeños manuales y códigos de ejemplo. Así, la gente más senior ya tendrá una primera fase hecha y no tendrá que empezar desde cero.

Es de cajón que al principio este tipo de personas requerirán muchas más horas de dedicación y harán falta muchas más revisiones de código e incluso pruebas más exhaustivas. Esto es importante tenerlo claro y que el equipo esté de acuerdo, si no, puede acabar causando un mal clima laboral y esto no es lo que queremos. No sería el primer caso en el que la persona junior se vaya porque no aguanta la presión, sea despedida porque no cumple con lo esperado y entorpece el trabajo del resto del equipo, o bien se vaya algún miembro senior porque termine quemándose. Precisamente, uno de los mayores riesgos es la falta o el agotamiento de la paciencia de la persona o personas encargadas de la formación, ya que a veces no disponen del tiempo necesario, o bien se cansan de repetir lo mismo cincuenta veces sin que les hagan el menor caso.

A pesar de todo esto, también hay que tener en cuenta que los perfiles junior pueden aportar conocimientos acerca de tecnologías más actuales, nuevas ideas e incluso enfoques distintos. Además, con sus preguntas constantes pueden hacernos plantear si lo que damos por sentado y tenemos totalmente interiorizado sigue siendo una buena práctica o quizás ya haya quedado obsoleto.

Gente sin vocación

El sector tecnológico, y el mundo de desarrollo en concreto, es muy vocacional. O te encanta o lo odias, aunque gustándote mucho a veces también lo llegas a odiar (recuerda que del amor al odio va un paso).

Antes de entrar en la universidad, una persona que se dedica al sector me preguntó: «¿Alguna vez se te ha pasado la hora de ir a cenar mientras estabas trasteando con el ordenador?». Respondí afirmativamente a la pregunta y añadí: «Muchas veces». Su respuesta fue fulminante: «Entonces no hay duda de que realmente te gusta la informática, adelante». De esta anécdota hace más de quince años y la recuerdo como si fuera ayer.

Me he encontrado con gente que dice que se dedica a esto porque no han encontrado nada más, simplemente porque tienen que hacer algo y de esto encontraron trabajo. A estos los acabas pillando rápido porque realmente se nota cuando a alguien le gusta lo que hace o si, por el contrario, está allí por «obligación». Además, al tratarse de un trabajo muy abstracto y exigente a la vez, no suelen durar mucho tiempo en la trinchera escribiendo código y, dicho sea de paso, lo que hacen no suele ser de gran calidad.

Hay trabajos que se pueden realizar sin necesidad vocacional, pero hay otros como la medicina o la policía donde esta resulta muy necesaria o hasta imprescindible. Sin duda, se trata de personas con vocación de servicio a los demás. Aunque muchos no lo entiendan (o no quieran entenderlo), con el sector tecnológico pasa algo similar. No obstante, si de verdad quieres dedicarte al sector tecnológico aun cuando no ha sido tu vocación desde pequeño, seguramente encontrarás alguna vertiente de las nuevas tecnologías que te guste y se te dé bien. Recuerda que la vida es cuestión de actitud.

Gente sin motivación

Una persona puede tener una amplia formación y trabajar en el sector tecnológico de forma vocacional, lo cual a priori parece una buena combinación. No obstante, no es suficiente con esto. Además, se necesitan energía y motivación. Si eres una persona activa mentalmente, hacer un trabajo repetitivo o en el que te sientas estancado te acabará cansando y tu motivación para ir a trabajar irá disminuyendo hasta que te acabes quemando. Estas personas pueden ser muy peligrosas dentro de un equipo porque pueden llegar a desmotivar al resto con sus quejas continuas y comentarios negativos.

Si estás desmotivado, en primer lugar, lo más importante es identificar si estás desmotivado porque estás cansado de trabajar en este sector, en el stack de tecnologías que usas habitualmente, si estás harto de los proyectos con los que trabajas o si el problema es debido a que no te gusta el ambiente laboral o tus condiciones. Vamos a analizarlo de mayor a menor gravedad.

Lo más drástico es que estés cansado del sector porque implica que el cambio que vas a tener que hacer será mayor. Por ejemplo, si estás cansado del desarrollo web, puedes plantearte dedicarte al desarrollo móvil. Si estás cansado del desarrollo, puedes plantearte el cambio a tareas más enfocadas a sistemas, gestión, etc. Todos en la vida necesitamos cambios y estas situaciones pueden ser una buena oportunidad para dar el paso definitivo. En el peor de los casos, si te has cansado del sector tecnológico en general, siempre hay la opción de montar una empresa de jardinería. Ahora en serio, no serías el primero, ni el último, que deja este sector para dedicarse a algo totalmente diferente, como montar un herbolario (caso real).

Si te has cansado del stack de tecnologías con el que trabajas, siempre puedes buscar otras alternativas, el mercado está lleno de ellas y seguro que encuentras otras que te gusten y con las que te sientas cómodo. Esto es lo bueno de este mundo, que está muy vivo y salen cosas nuevas a diario.

Si estás harto de los proyectos con los que trabajas o no te gusta el ambiente o tus condiciones laborales, pero te sigue gustando el sector y las tecnologías que usas, entonces quizás te interese un cambio de trabajo. A veces es posible cambiar de proyecto o de ubicación dentro de la misma empresa, aunque en otras ocasiones esto no es posible y tendrás que plantearte seriamente cambiar de trabajo, buscando otra alternativa que te parezca más atractiva.

Continuará...

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